SI VUELVES A HABLAR
CON MI NOVIO, TE BUSCO
Así fue. Lo escribió la chica en Facebook. Sin paños
calientes, sin mensajes privados, ni nada. En pleno muro y en público. Creo que
quedó clarito ¿no?
Antes de nada he de mostrar mi grata sorpresa por la
evolución que está teniendo “EL TIEMPO DE LAS CREENCIAS”. Sin duda alguna, las
visitas al blog se cuentan por cientos cada vez que escribo un artículo. Muchas
gracias a todos.
Hasta tal punto ha llegado, que no son pocas las personas
que mantienen conversaciones o me escriben intentando poner de manifiesto algún
tema del que le interesa “conocer mi opinión”. Así como si yo tuviera una.
Pues no os voy a hacer caso a nadie. Hoy le toca a la celosa
del facebook.
Así que no voy a hablar de que pienso en relación a la chica
que manifestaba literalmente que su vida era “una mierda” porque estaba a punto
de cumplir 30 y no había cumplido nada de lo que quería.
Tampoco voy a hablar de la gran diferencia que existe, si es
que existe, entre la forma de vivir EL AMOR, hoy en día, en comparación a como
lo hacían nuestros padres y abuelos.
No voy a hablar de la chica que animaba a otra a hacer
cuanto fuera necesario para conseguir a un chico, al que tiempo atrás dejó
escapar, al margen de que este tuviera una vida y una relación estable con otra
chica.
Ni hablaré por supuesto, de los patrones de comportamiento
intergeneracionales cuando, tomando un café, escuché como un abuelo le decía a
su nieto, literalmente, las mismas palabras que mi abuelo me decía a mí, cuando
yo tenía menos de 10 años y me llevaba al bar a tomar un choleck: “que no se entere tu abuela eh”.
Este artículo, va dirigido a la celosa del facebook. A esta
chica que ni corta ni perezosa colgó ese mensaje desde el perfil de su novio
(imagino que el novio no tendría tiempo de tragarse el ordenador como esa chica
que se trago el móvil para evitar que el novio leyera los mensajes).
Hay que ser valiente. Y lo digo sin segundas intenciones.
Esa chica es una valiente. Fue capaz de averiguar que escribían o molestaban, o
simplemente estaban en contacto con su novio. A saber las artes que empleo para
hacerlo. Tal vez, fue el novio quien se lo enseño, pues igualmente valiente por
no romperle el ordenador en la cabeza al novio por el alarde de hombría.
Es una valiente, porque entró en el perfil del facebook del
novio, con el riesgo de encontrarse desagradables acontecimientos, y fue muy
muy valiente al escribir a la otra chica, sin conocerla de nada, y ponerle las
cosas claras, en abierto (mira que si la otra chica sabe karate). Valentía pura
y dura. Algo así como: “chica me siento cornuda, que todo el mundo lo sepa y
estoy dispuesta a matar para cambiar mi estado anímico”. Humilde reconocimiento
que otros enmascaran y ella no lo hizo.
Dando paso a “EL TIEMPO DE LAS CREENCIAS” es este el momento
de poner sobre la mesa las distintas reflexiones que me pasaron por la cabeza:
Hay una cosa que está clara como el agua: “si comes
mortadela y sólo mortadela, no pretendas cagar jamón de jabugo”. Es el destino.
Todo tiene su porqué, su cómo y su para qué. Eso es
irrefutable. Pienso que todo, absolutamente todo, está meticulosamente preestablecido.
Nosotros, cada uno, exclusivamente, somos responsables de la gestión de lo que
se nos da y se nos da la posibilidad de pensar. “Pienso luego existo”.
¡Maldito destino! ese que lleva “sin quererlo ni beberlo” a que alguna otra se ponga en contacto
con su novio. Mira que tocarle a ella, con lo bien que ella estaba, tranquila
en su relación, con lo bien que ella lo hace... todo. El destino ha puesto por
azar una prueba en su camino que la ha hecho sacar los tanques a la calle para
salvaguardar sus propiedades. Hay que repasar el pasado, repasarlo una y otra
vez, cargar con la culpa y defenderse con uñas y dientes.
Pues mira, cuando te des cuenta, valiente chica, que eres
prisionera de tus pensamientos, que estas mirando a atrás en vez de hacia
delante, que no todo lo que ves, ni te cuentan es la pura realidad sino que tú, sólo tú,
construyes realidad y de que lo más probable es que si haces lo mismo siempre,
obtendrás siempre los mismos resultados, tal vez cuando te des cuenta de eso,
serás dueña de tu destino.
El que tenga ojos que oiga.