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El Blog de Rubén Martínez Alpañez
martes, 30 de diciembre de 2014
lunes, 22 de diciembre de 2014
viernes, 19 de diciembre de 2014
LA TERTULIA POLÍTICA DE ONDACERO
TERTULIA POLÍTICA ONDACERO MURCIA XVI / DICIEMBRE / 2014
El Parlamento murciano aprueba una Ley de Transparencia que definen como las más ambiciosa de entre todas las existentes en España.
Dejando de un lado el debate doctrinal en relación a la sobrecarga de leyes en nuestro sistema, entramos a debatir si queda cubierta adecuadamente la demanda ciudadana en relación al conocimiento exacto y preciso de la labor gubernamental.
Este y otros temas tales como la sucesión en el Partido Popular Murciano, a debate en la Tertulia Política más influyente de la Región de Murcia.
Espero os guste.
Gracias.
martes, 16 de diciembre de 2014
TOCANDO EL BOLSILLO
TOCANDO EL BOLSILLO (La Opinión de Murcia XI/Diciembre/2014)
¿Sabían Vds que Magdalena Álvarez,
fue expulsada del Banco Europeo de Inversiones por estar imputada? ¿Sabían Vds
que la expulsión llevaba aparejada una pensión de diez mil euros mensuales y, a
partir de los 65 años, una pensión vitalicia?
Tenemos que reconocer que la
situación que estamos atravesando, esta que lleva a desayunarnos cada mañana
con una nueva noticia, frecuentemente relacionada con algún caso de corrupción,
ya sea de políticos de izquierdas, de derechas, de gerentes, de infantes, etc.
es insostenible, no beneficia a nadie y hay que ponerle solución.
Es el camino emprendido por parte
de los distintos gobiernos, de cualquier ámbito y color, lo que debe ser
cuestionado, cuando de establecer la solución a esta problemática se refiere.
Mientras que a la hora de legislar acerca de determinados actos, a los que nos
vemos obligados los administrados, es decir, todos los ciudadanos normales de a
pie, no dudan ni un segundo en establecer un régimen sancionador, con su
correspondiente sanción económica, cuando hablamos de comportamientos y
acatamientos relacionados con la actividad política, la mayoría de las veces,
bastará con meras declaraciones de intenciones, códigos de buenas prácticas, y
otras laxas soluciones que tienen, como común denominador, que no rascan el
bolsillo del implicado.
En nuestro Estado, hay muchas
leyes, demasiadas, y esto lleva, en más ocasiones de las deseadas, a la
satisfacción gubernamental meramente originada por la atribución de capacidad
derivada de su propia promulgación, sin atender a determinados criterios,
básicos que han de cumplir estas.
No hace muchas fechas, un
altercado “entre animales” que se
dicen llamar hinchas de equipos de fútbol, acarreó la muerte de uno de ellos. La
reacción de los políticos está siendo ejemplar, por inmediata. Han puesto en
cuestión absolutamente todo lo relacionado con este tipo de eventos, y, como
no, se han apresurado y no han dudado en promover regímenes sancionadores
ejemplares en términos económicos para los implicados (clubes, hinchas, peñas,
etc). Hasta tal punto llega el celo, que, según hemos podido ver en los medios
de comunicación, el Congreso de los Diputados, va publicar un listado de
“cánticos prohibidos” en los estadios de fútbol. No se si realmente serán
capaces todos esos diputados que tenemos en el congreso, y que van a los
estadios de fútbol, normalmente a los palcos, invitados cual pequeño Nicolás,
quienes tendrán la capacidad para establecer lo que es correcto o no cantar, lo
ofensivo del cántico en cuestión, si nunca se han sentado en un fondo o en
grada lateral. El “lololo” del himno de España, ¿debe ser cuestionado,
prohibido, promovido?
Ya alertaba Foucault acerca de la práctica consistente en dirigir conductas
para que se mantengan estados de inequidad considerados como racionales o
normales, y hasta esto tiene un límite. Pase que tengamos que sufrir el afán
recaudador de los gobiernos, exageradamente excesivo, pase que, siendo legales,
y sin el ánimo de invitar al incumplimiento de la ley y desalentar la
persecución contra el fraude, los gobiernos, dentro de la legalidad, insisto,
planteen estrategias de persecución del fraude estableciendo aquellas maximizan
sus ingresos en vez de todo lo contrario (si no observen si las notificaciones
de las sanciones se producen en fecha próxima al hecho imponible o más bien
unos años después, en fecha próxima a su prescripción), pase que desde los
Ayuntamientos a las Comunidades Autónomas y hasta el Estado hayan sometido a
revisión y actualización todas las valoraciones habidas y por haber que lleven
a que nos puedan cobrar más dinero (vados, valoraciones catastrales, ocupación
vía pública, etc) con la pertinente indefensión generada en el administrado,
pero no puede sostenerse que cuando se trata de legislar sobre ellos mismos y
sus propios comportamientos, no se traten igual que nos tratan a los demás.
Si existe indignación entre la ciudadanía, que existe y mucha, es porque
se puede observar que los políticos
andan en otro planeta, no digo ya que no entiendan de los asuntos cotidianos de
las gentes y sus empresas, que entienden poco, sino que están sometidos a unas
normas y reglas que se dan a ellos mismos y que les sitúan por encima del bien
y del mal.
La solución a estos menesteres no pasa por legislar más, que ya lo decía
Tácito: “cuanto más corrupto es el Estado, más leyes tiene”. Si hay problema
con las fundaciones, eliminen su régimen especial, si hay problemas con las
donaciones a partidos políticos, liberalícenlas, en vez de volver a regularlas
sobre su específica normativa, y ya de paso servirá para minimizar (y eliminar)
el pellizco que se llevan de los presupuestos los partidos políticos, y por
cuanto a prohibir la condonación de deudas en banca, que se sometan a la misma
legislación que todas las empresas y vecinos. Y se puede seguir con un largo etcétera,
viajes, dietas, multicargos, declaraciones responsables de acceso a la
política, limitación temporal en cargos públicos.
En esencia, como decía Alexis de
Tocqueville, “un gobierno democrático es el único en el que los que votan por
un impuesto pueden escapar de la obligación de pagar”. Así nos va.
lunes, 15 de diciembre de 2014
LA TERTULIA POLÍTICA DE ONDACERO
TERTULIA POLÍTICA ONDACERO MURCIA IX/DICIEMBRE/2014
El Gobierno de España ha planteado, de la mano del Presidente Rajoy, un paquete de medidas para luchar contra la lacra que constituye la corrupción vinculada a los partidos políticos en nuestro país.
Es esta lacra la causa del ascenso de determinadas ideologías de extrema izquierda o, al contrario, ha sido la extrema izquierda con su populista discurso característico de épocas para olvidar la que está obligando a que los gobiernos se muestren transparentes.
Estas y otras cuestiones son analizadas en la Tertulia Política más influyente de la Región de Murcia.
Espero os guste.
Gracias.
miércoles, 10 de diciembre de 2014
jueves, 4 de diciembre de 2014
LA TERTULIA POLÍTICA DE ONDACERO
TERTULIA POLÍTICA ONDACERO MURCIA II/DICIEMBRE/2014
La Comunidad Autónoma de la Región de Murcia ha dado un giro de 180º en su estrategia de gestión de la crisis con Aeromur en relación a la exigencia de apertura del Aerodromo. Este giro ha implicado que un más que cuestionado Consejero de Fomento, Manuel Campos, presentara su dimisión en instancias ministeriales. El nuevo Consejero, Paco Bernabé, llega con inusual motivación para dirigir la Consejería con los más importantes retos por resolver.
Ha acertado el Gobierno murciano con este cambio de estrategia? Este y otros temas han sido tratados en la Tertulia Política de referencia en la Región de Murcia.
Espero guste.
Gracias
lunes, 1 de diciembre de 2014
EL ORIGEN DE LOS VICIOS PÚBLICOS
EL ORIGEN DE LOS VICIOS PÚBLICOS (La Opinión de Murcia, XXVII/Nomviembre/2014)
Juicios tengas y los ganes.
El hombre, en su ansia por conquistar a través de la razón
todos los campos posibles, acaba en un camino de no retorno, o cuanto menos de
doloroso retorno, que necesita ser revisado. No es normal que tengamos tantas
leyes.
Por un lado, contamos con la defensa a ultranza del
individualismo. Se consolida en el discurso teórico al individuo como centro y
fin de la actividad no ya política sino vital en sentido amplio. Porque la
afirmación del individuo en determinadas de esferas de acción, tal como ocurre
en el liberalismo, es compatible con la afirmación de la dimensión social
constitutiva del ser humano porque ninguno de los ámbito agota la riqueza de lo
humano.
En cambio, por otro lado, se sigue la práctica, desde
cualquier ámbito, consistente en depender del Estado benefactor, reclamando,
como si de un verdadero derecho se tratase, todo un conjunto de deseos y caprichos
que, según qué teorías, bien pueden quedar justificados por la propia evolución
del hombre: ¡Que me lo dé el Gobierno que para eso está!
El Derecho ha perdido el norte
y los que legislan más aún. La pérdida de referentes ha caracterizado al
Derecho y concretamente, la renuncia al reconocimiento de su dimensión ética, de
ahí que se haya convertido en una suerte de herramienta al servicio de
cualquier ocurrencia que, con suerte, puede tener cabida meramente en el ámbito
privado y subjetivo del propio individuo.
¿Nacieron las instituciones para ayudar a las personas o son
las personas las que nacieron para sostener (y tener que soportar) a las
instituciones? La relación entre ambas, a través del Derecho, con la evolución
positivista que están experimentando las normas y el aprovechamiento de la
llamada práctica de lo políticamente correcto requieren una revisión
justificativa sin reparos ni lastres, sin prejuicios ni miedos con la finalidad
de recuperar la dimensión ética que nunca debió haber abandonado.
La práctica observada consiste en hacer evolucionar a las
instituciones no desde la justificación de su propia creación, es decir, el fin
que se persiguió con su creación y que sitúa en origen al hombre, sino que pasan
a ser las propias instituciones el fin, pasando el hombre a constituirse en un
mero medio que deberá ahora adaptarse, a través de las continuas modificaciones
de las normas, a una institución que se ha de justificar a sí misma. Hoy por
hoy, no son pocos los ejemplos que se pueden citar al respecto: desde las leyes
de transparencia hasta los llamados órganos consultivos que sólo sirven para
mantener con un sueldo, que pagamos todos, al que abandona la política son
buenos ejemplos de dicha disparatada evolución. El concepto de legitimidad ha
sido denostado, cualquier referencia ética de la norma ha dejado de ser
necesaria, siendo aún de mayor envergadura el efecto generado tras adueñarse,
casi podemos decir que en exclusiva, de la razón.
Este devenir sin rumbo establecido ha procurado que, con el
paso de los años, los individuos se hayan convertido meramente en cumplidores de
normas, destacando, precisamente en más ocasiones de las deseadas, aquel que es
capaz de superar con su práctica, la perversidad de la norma, es decir, el
golfo y el corrupto.
El hombre se ha convertido así en una suerte de herramienta
del Derecho y al servicio del mismo, en tanto en cuanto la excesiva
centralización, el aislamiento del mismo, tanto en relación a otras disciplinas
como en la propia práctica evolutiva del mismo, ha llevado a que todo el
protagonismo evolutivo, recaiga no ya en la tradición, defendida por ejemplo
por F.A. Hayek, sino que se atiende meramente al acatamiento de normas,
otorgadas por unos pocos en una suerte de pacifista dictadura, que como toda
dictadura, limita la capacidad individual, pero manteniendo la insalvable
distancia que por definición separa a esta corriente del ideal de justicia.
Y esta es la razón de porqué las cosas ni funcionan ni van a
funcionar porque como dijo Descartes “La
multitud de leyes frecuentemente presta excusas a los vicios”.
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