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El Blog de Rubén Martínez Alpañez
miércoles, 30 de abril de 2014
EL GATO AL AGUA XXIX ABRIL 2014
EL GATO AL AGUA REGIÓN DE MURCIA
Tras la semana de pasión y las excelentes fiestas de primavera vividas en la capital murciana, retomamos la actividad radiofónica y volvemos a El Gato al Agua, la tertulia más independiente de la radio murciana.
En esta ocasión hablamos de la EPA y hablamos de transparencia, aprovechando la visita del recientemente nombrado Director General de Participación Ciudadana, Unión Europea y Acción Exterior, el politólogo, Sr. D. Manuel Pleguezuelo
Espero os guste.
viernes, 25 de abril de 2014
TRAMPA-RENCIA
TRAMPA-RENCIA (La Opinión de Murcia, XXIV Abril 2014)
"¿Qué tendrá la mesa
que todos quieren sentarse a ella?", suele decir mi vecino octogenario
cuando alguna conversación sobre política sale a luz.
Hablar de transparencia
está de moda. Los unos (los políticos) por intentar dar un giro copernicano a
la generalizada impresión que se tiene sobre ellos. Los otros, (plataformas
ciudadanas, movimientos y lobistas varios) porque gracias a la transparencia y
a eso que llaman open government, a
buen seguro, y precisamente por estar más que bregados en navegar sobre el filo
de la navaja, buscando cuantos recovecos la normativa, y la picaresca, les
ofrece, cual vulpeja, van a liderar, encabezar y rentabilizar, el negocio que
se avecina ante las prácticas que la economía planificada les va a ofrecer, una
vez más, en una nueva muestra de ineficiencia, sin detenerme en aquellos que
quieren, por vía indirecta conseguir lo que las urnas le vienen negando y todo
ello con el pretexto de la transparencia.
Por el contrario, los más
(los ciudadanos de a pie) no desde ahora, sino desde siempre y por mero sentido
común, amparados por el artículo 1 de la Constitución Española que indica que “La
soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del
Estado”, creemos necesario que en determinadas cuestiones, como es la gestión
de nuestros recursos, cuanta más información disponible, más capaces y
preparados estaremos para evaluar y guiar adecuadamente el devenir de nuestro
futuro colectivo, realizando de manera adecuada una correcta relación y escala
de las prioridades sociales dados los recursos escasos de que se dispone.
Ni una cosa ni otra ni la
de más allá. Al final, cuando se constituye una comisión en la que todos opinan
y todos acuerdan, ya se sabe, sin lugar a dudas, que no se avanza hacia ningún
lado (Albert Einstein). Ante esta afirmación tan políticamente incorrecta como
rigurosamente cierta, no serán pocos los que engrandecerán la necesidad de
formalizar pactos, a través de la negociación en comisión como mecanismo más
eficiente posible para la resolución de todos los problemas existentes. Será
cuestión de azar, pero los que defienden los consensos y comisiones, coinciden
escrupulosamente con aquellos que siempre son llamados a participar en el “sarao
comisional o consensual” o como quieran llamarlo.
Si la soberanía nacional
reside en el pueblo español, es decir, si la autoridad suprema somos los
españoles, no está de más que seamos los españoles los que ejerzamos esa
autoridad o poder sobre nuestro territorio. Bien es cierto que es a través de
nuestros representantes públicos como se ejerce, pero habrá que sacar a
colación la reflexión de “quién controla al controlador”.
Ese poder soberano que
tenemos los ciudadanos y que con la demanda de transparencia estamos
reclamando, no está siendo adecuadamente enfocado en aras a satisfacer dicha
demanda. La base del poder está en la libertad, libertad para someterse
voluntariamente a normas de recta conducta, con vistas a un mayor beneficio,
tanto individual como colectivo. Por lo tanto, para satisfacer adecuadamente
nuestras demandas de transparencia en la gestión de lo público, no es necesario
que publique la renta no sé quien, o que, bien a través de una web, o de
encuestas más o menos masivas, se le vaya diciendo al político lo que tiene que
hacer en cada momento. Si atendemos a esta definición que hace Foucault sobre
el poder, para ejercerlo como tal, debemos dejar al político que actúe como
estime oportuno, eso sí, con la posibilidad de poder ver en cada momento lo que
hace y como lo hace. Esa es la verdadera soberanía.
Aún existen ayuntamientos
en nuestro país que no permiten el libre acceso y máxima difusión de lo que
acontece en los plenos municipales. En un país que aspira a cambiar su modelo
productivo y créanme que para ello es básico el establecimiento de una red
eficiente y universal de banda ancha de internet dado que las nuevas
tecnologías son básicas, no se entiende cómo aún no han sido capaces de
conectar una pequeña cámara en lo alto de una esquina del salón de plenos para
retransmitir por Internet lo que nuestros dirigentes argumentan en defensa de
nuestro bienestar.
Como no estaría mal que
cada vez que se reuniera la máxima trinidad (gobierno, patronal y sindicatos)
lo hicieran con luz y taquígrafos, o como ahora puede hacerse, con cámara y
micrófono, para que todos los consumidores, usuarios, ciudadanos, individuos y
colectivos en general no presentes en esas comisiones, podamos aprender de
estos dirigentes cómo negocian libremente, cuáles son los argumentos básicos
sobre los que fundamentan sus posicionamientos y, además, pensando en ahorro de
costes, hasta nos podemos permitir ahorrar un secretario que levante acta.
Lejos de esto, y como
está de moda eso de la transparencia, se creará una comisión para determinar el
marco de actuación sobre el que basar eso que se llama transparencia en
concordancia con el proceso legislativo que esté abierto sobre el asunto de
referencia, que, a buen seguro, determinará la necesidad de creación de otro
comité de expertos que, a su vez, determinará los parámetros que debe seguir
una lista de cerrados e inútiles indicadores que determinarán el
establecimiento de un índice general que se llamará índice de transparencia. En
resumen, mala praxis por el enfoque coercitivo y tan exhaustivo al que se dice
someter, sin someterse, el control de la ciudadanía sobre el político, praxis,
que concluye, como todo lo que suele ser planificado desde ese gigante llamado
Estado, en fracaso: duplicidad normativa y completa ineficiencia, dejando por
el camino, con suerte, sólo unos cientos de miles de euros.
Y lo que no veremos, a
buen seguro, será un conjunto de medidas (y también de incentivos) de carácter
económico, que establezca un marco que permita tocar los bolsillos de todos
aquellos que, actuando libremente como representantes del pueblo, no sepan como
emplear el dinero que nos quitan a través de tanto impuesto, teniendo en
cuenta, nuestras verdaderas necesidades básicas.
Parafraseando a Francisco de Quevedo, la hipocresía exterior, por muy grande virtud política que sea,
siempre será pecado, en lo moral.
lunes, 21 de abril de 2014
miércoles, 16 de abril de 2014
EL QUE QUIERA OÍR, QUE OIGA
EL QUE QUIERA OÍR, QUE OIGA (La Verdad, XV ABRIL 2014)
“Las oportunidades pequeñas
son el principio de las grandes empresas”, así lo pensaba, al menos, el célebre
político y orador Demóstenes.
Tenemos nuevo Presidente
en la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, Alberto Garre, y hay un
anuncio realizado en su debate de investidura que quisiera destacar por encima
de todo. El anuncio de la recuperación de la estabilidad presupuestaria, es
decir, la exigencia de que las administraciones públicas tengan déficit cero.
Recordemos que la estabilidad presupuestaria fue elevada a ley por Aznar y
derogada por Zapatero. Con esa historia, lógico que Alberto Garre quiera
recuperarla.
Si van por ahí los tiros
de lo que va a ser su gestión al frente de la Región de Murcia durante su mandato,
muy bien encaminado lo veo. Porque como bien sabemos todos, no está bien gastar
lo que no se tiene, de la misma forma que no se puede estar recurriendo
permanentemente a pedir préstamos para seguir manteniendo “el tren de vida” que
en otros tiempos se alcanzó como si nada hubiera pasado.
La posibilidad de incurrir
en déficits corrientes así como el recurso ilimitado para recurrir a
endeudamientos de largo plazo para financiar la actividad ordinaria sin
establecer cierto límite porcentual y debidamente calculado que genere valor
añadido, crea una perversa distorsión a los agentes, y concretamente, a los
políticos. Y es que lo que no cuesta no se valora.
F.A.Hayek, a raíz del
crack del 29, establece, y el tiempo le da la razón, cuál es la causa de las
crisis. El origen radica en que un reducido grupo de personas toman decisiones
respecto a cuál es el valor del dinero en el mercado, y esas mismas personas
las dueñas de la máquina de hacer dinero. Pueden poner todo el dinero que
quieran en la calle jugando con el verdadero valor, generando distorsión en
relación al coste del dinero. Por eso hay inversores que, al ver el dinero tan
barato, consideran asegurada una fácil y elevada rentabilidad de sus
inversiones. Sobre esos ilusorios presupuestos, toman decisiones equivocadas. Y
luego pasa lo que pasa.
A los políticos les pasa
lo mismo, si no se les ponen límites, si se les deja gastar todo lo que estimen
oportuno, no serán (no han sido) capaces de priorizar entre las distintas opciones
de su ámbito competencial.
Ahora bien, ya se ha
anunciado la necesidad de presentar un nuevo plan de reequilibrio para las
cuentas públicas murcianas de unos trescientos millones de euros. Lo del
déficit cero y equilibrio de cuentas suena bonito, pero a ver ahora quién es el
guapo que le pone el cascabel al gato y es capaz de reducirlos.
Al margen de una
necesaria revisión al alza de las transferencias estatales, los gobiernos no
han de buscar cuadrar sus cuentas a base de incrementar sus ingresos de forma
directa. En todo caso, aumentar porcentualmente los mismos vía indirecta, a
través de la mayor incorporación de contribuyentes o de actividad económica. Se
debe seguir fijando la atención en los gastos, que no es una mera cuestión de
meter la tijera. Existen otras alternativas para reducir.
El necesario incremento
de productividad que necesita nuestro país también lo necesita la
administración pública y para un modelo productivo poco especializado y
desarrollado, la primera y más fácil de las alternativas para aumentar la
productividad y ganar competitividad es la reducción de gastos de personal (a
la vista están los miles de EREs en el sector privado, y reducciones salariales
en el sector público). También se puede ganar productividad y mejorar
competitividad generando ahorro en costes (fíjese que ya no digo gasto) a
través de la innovación.
Afirmaba Schumpeter en su
teoría de las innovaciones que “La economía y la sociedad cambian cuando los
factores de producción se combinan de una manera novedosa”. No es necesario
entrar al detalle en las tesis de Schumpeter, ni es necesario sacar de la manga
nuevos inventos que permitan ahorros sustanciales, ni buscar figuras
impositivas para recaudar de toda actividad privada imaginable. Quizá si se
permite la combinación óptima de los factores de producción se puede ahorrar
tanto que, en adelante, se obtengan mejores resultados de gestión. Una
administración pública eficiente, cuyas relaciones con los administrados
consistieran en lo mínimo e imprescindible, no obligando a tantos trámites y procedimientos,
agilizando la gestión, permitiendo reasignar el personal de la administración
pública a los departamentos o áreas donde verdaderamente se necesitan de forma
inmediata, es una de las tantas y tantas posibles soluciones “innovadoras”,
siguiendo la básica definición de Schumpeter, por la que el equipo del nuevo
presidente puede empezar.
Uno de los más
importantes intelectuales que ha dado España, Ortega y Gasset, decía: “Sólo es posible avanzar cuando se mira
lejos. Solo cabe progresar cuando se piensa en grande”.
El
que quiera oír, que oiga.
jueves, 10 de abril de 2014
EL GATO AL AGUA VIII ABRIL 2014
EL GATO AL AGUA REGIÓN DE MURCIA
Nueva participación en el prestigioso programa de debate El Gato al Agua. En esta ocasión el debate lo protagoniza el nuevo Presidente de nuestra Comunidad Autónoma, Alberto Garre, y los retos que tiene por delante de urgente resolución.
Espero os guste.
Nueva participación en el prestigioso programa de debate El Gato al Agua. En esta ocasión el debate lo protagoniza el nuevo Presidente de nuestra Comunidad Autónoma, Alberto Garre, y los retos que tiene por delante de urgente resolución.
Espero os guste.
viernes, 4 de abril de 2014
AL SUELO, QUE VIENEN LOS NUESTROS
AL SUELO, QUE VIENEN LOS NUESTROS (Murciaeconomía.com XXVIII Marzo 2014)
Sinceramente no se sabe a ciencia
cierta pese a que todos lo estemos deseando, cuando ni como va a terminar esta
espiral creciente de hipocresía y mala praxis que podemos observar cada día y
que parece no tener fin.
Flaco favor el que se hace a
alguien cuando se le alaba sin miramientos, sin condición y hasta incluso sin
merecimiento. Cuanto mejor sería, desde la más absoluta lealtad y respeto tanto
personal como profesional, desde una posición de humilde reconocimiento de la
propia limitación intelectual, cuanto menos, intentar hacer ver lo errático del
planteamiento de la persona que tienes delante.
Y es que ya fue Alfonso X, “El Sabio”
el que dejó dicho aquello de “Los que dejan al rey errar a sabiendas, merecen
pena como traidores”. Y es que no es oro todo lo que reluce, o todo lo que se
vende a bombo y platillo y que sólo contiene humo.
A partir de la estrategia de
crecimiento Europa2020 impulsada por la Unión Europea, podemos contemplar como
a nivel regional se ha presentado recientemente ese denominado Plan IRIS 2020.
Este plan contiene, según quienes lo han elaborado, los grandes retos o hitos a
través de los que consolidar, entre otras cosas, la Región de Murcia que
queremos, por cuanto a modelo socioeconómico se refiere, incidiendo en aquellos
puntos en los que se han de centrar los esfuerzos tanto públicos como privados
para tal fin.
Como bien he podido escuchar de
un sabio de la Región de Murcia, Don Clemente García en respuesta a alguien que
criticaba el Plan Estratégico, “es mejor
tener plan que no tener” y por otro lado y lo que me parece más importante,
añadió: “El plan Estratégico ha de ser
dinámico, ha de estar vivo, y puede (y debe) sufrir modificaciones durante sus
años de desarrollo”.
No sólo el IRIS 2020 es y ha de
ser dinámico, los propios gobiernos son y deben ser dinámicos. Sus miembros
piensan (supuestamente) y actúan en consecuencia (también supuestamente), y a
lo largo de los próximos años contaremos con diversos procesos electorales que
pueden hacer que los que piensan desde el poder tengan que pasar a pensar en la
oposición o bien, todo lo contrario, que pensando desde el poder se vean
reforzados y se les invite a seguir pensando, más intensamente si cabe, en la
línea de sus pensamientos.
En esto que aparece el Informe
Lagares, informe que nace como consecuencia del encargo que el Gobierno de
España hace a una Comisión de expertos en fiscalidad con la finalidad de
redefinir nuestro sistema tributario, tal vez, con la finalidad de cambiarlo o simplemente
dejarlo pero adaptado a los países del entorno o hasta incluso, si se estima
oportuno, hasta mejorarlo. Quien sabe.
Pues el Informe Lagares ya ha
sido publicado y con leer el resumen ejecutivo ya debemos llevarnos las manos a
la cabeza. El informe reconoce en su página tercera que la “Comisión entiende que la reforma fiscal debe ser neutral ex ante
en términos recaudatorios … pero ex post deberá tener claros efectos positivos
y coadyuvar positivamente a la reducción del déficit público”. Es decir, en
huertano: Que la Comisión lo que propone son mecanismos para recaudar más en
adelante.
La Comisión propone modificación
de impuestos, se vende que se reduzcan los impuestos directos (como el IRPF),
pero amplían la base del impuesto por lo que los gobiernos podrán decir que
bajan el impuesto, por ejemplo del 40% al 30% pero en cambio ahora habrá que
pagar por muchas cosas por la que hasta hoy no se ha pagado, y a la vez,
incrementan la imposición indirecta para paliar el posible efecto de reducción
de cotizaciones sociales, cobran protagonismo los impuestos medioambientales y
todo, como dice el propio informe, para incrementar, a lo sumo un 1% el PIB
español.
Se debe considerar
manifiestamente insuficiente reformar todo un sistema tributario con la finalidad
de ocultar que cada día de cada año se nos va a quitar más de nuestros ya
maltrechos bolsillos, para seguir financiando a ese monstruo llamado
Administración Pública. Y todo por un 1% de incremento de PIB.
Se debe considerar
manifiestamente insuficiente que se proponga modificar la composición y
estructura de cada impuesto, buscando quitarnos más y que parezca que nos
quitan menos, en vez de ser suficientemente ambicioso para dar un vuelco
radical a nuestro sistema y dejar el protagonismo del crecimiento al sector
privado.
Lo que debería hacer la Comisión
sería valorar que supondría una verdadera reforma del sistema tributario,
reforma consistente en la simplificación de las bases y la reducción porcentual
de los impuestos directos así como la inclusión de mecanismos que reduzcan el
tamaño de la administración pública simplificando procedimientos y permitiendo
una bajada de impuestos indirectos que permita que los españoles tengamos más
dinero en nuestros bolsillos y no al contrario.
Y como a nadie gusta ser
calificado de traidor, y siguiendo las recomendaciones de Alfonso X “El Sabio”,
se hace aquí la advertencia a los diseñadores del IRIS2020, que pueden ver más
pronto que tarde como tendrán que readaptar, al menos, u olvidar, a más, el
plan estratégico IRIS2020 ante la nueva apretura de tuercas que nos viene
encima con la reforma del sistema tributario conducente a que la Administración
cada vez sea más grande y nosotros más pequeños.
Ya lo dijo Pío Cabanillas, siendo
Ministro: “Al suelo, que vienen los nuestros”.
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