El Blog de Rubén Martínez Alpañez

domingo, 8 de septiembre de 2013

BALLROOM BLITZ

BALLROOM BLITZ (La Opinión de Murcia, Jueves 5 septiembre 2013)
Conoces la historia de Ballroom Blitz
disturbios sillas inmovilismo pesimismo creatividad liberalismo rubén El grupo musical Sweet gozaba de sus mejores momentos en el panorama musical británico. Giras, galas y todo tipo de conciertos en las más prestigiosas salas de la isla. Un día en un concierto debido, supuestamente, a la mala calidad del sonido, se lió la parda. 

Todos los asistentes comenzaron a tirar cuanto podía ser lanzado y se encontraba en la sala a los miembros del grupo, desde botellas a sillas. Espectáculo bochornoso. Tuvieron que salir corriendo porque, literalmente, sus vidas corrían peligro. 
Al día siguiente, todos los medios escritos y no escritos se hacían eco de la noticia. El grupo cayó en picado. ¿Y qué hicieron estos melenudos? Pues en vez de disolver el grupo, en vez de seguir a lo suyo como si no hubiera pasado nada, en vez de pararse, decidieron hacer una canción con lo acaecido aquella noche. Esa canción, Ballroom Blitz, se convirtió y hoy en día constituye un emblema del glam rock de los 70's. Con esa canción reventaron el mercado y se consolidaron en el panorama musical garantizándose un hueco en la Historia de la música. 
Comienza el curso político, ya estamos en septiembre. Sinceramente tengo que reconocerles que me hace gracia eso del curso político. No sé si tendrá algún tipo de explicación lógica que el calendario de los políticos vaya ligado al de los escolares (y miren cómo está nuestro sistema educativo), para todos los demás, nosotros, trabajadores, el curso comienza después de las uvas de fin de año, y el 'paroncito veraniego', que sólo se puede permitir el que está trabajando, no es justificación tal como para poner el contador a cero. 
Nosotros estamos en 2013 y estamos en crisis, porque nuestro país este año está en crisis. Nosotros estamos deseando que, como se nos dijo, llegue 2014 para, por fin, ver que salimos de la crisis, que nos bajan los impuestos y que se cumplen las promesas electorales. Además creo que mi teoría del año natural está más que comprobada si atendemos a las noticias actuales y las de hace un par de meses. Son las mismas (Bárcenas, ERE's Andalucía, corrupción, PP, Gibraltar, PSOE, crisis y sigamos haciendo sacrificios). 
Y es que no nos damos cuenta de que si siempre estamos mirando al mismo sitio, si siempre hacemos lo mismo, jamás podremos obtener resultados distintos. Por ejemplo, seguimos pensando que de esta crisis sólo salimos gracias a una guerra, y si no que se lo pregunten al gordito de Corea y a su gasto militar o al presidente Obama, que viene a ser el mismo perro con distinto collar. De esta crisis no se sale manteniendo abierto el debate del abaratamiento del despido, ni sobre la financiación de partidos, entre otras cosas. 
Y por no echar la culpa de todo a nuestros políticos, dejar claro que la sociedad civil, nosotros, todos, tenemos también esa responsabilidad. Profesores universitarios, dirigentes de organizaciones civiles, columnistas y tertulianos, entre otros, que, a lo sumo, y tras columnas de aburrida lectura llegan a hacerse eco de alguna ocurrencia que ha salido publicada en alguna revista económica de tirada internacional, haciéndola suya, eso sí, sin mojarse en exceso, vaya a ser que le pidan explicaciones. 
Por eso, aprovechando el inicio del curso político, me separo en esta columna de la línea mantenida por la mayoría de intelectuales y, en vez de hablar del sexo de los ángeles dejando toda la responsabilidad a los políticos, voy a aprovechar para, cada vez que escriba, hacer una propuesta concreta que, a mi liberal juicio, va a maximizar la consolidación de la sociedad que todos anhelamos. 
En esta primera ocasión mi propuesta va a ser la remuneración variable en la Administración pública a todos los niveles. Que se pague más al político que menos gaste, al parlamentario que más propuestas presente en sesión parlamentaria, al profesor cuyos alumnos obtengan mejores notas en una prueba realizada por un agente externo, a la empresa u organización que reciba subvenciones públicas por impartir cursos y que sea capaz de colocar a más alumnos en el mercado laboral, al médico que más opere, y al administrativo que más despache. Esto permitirá un ajuste a la baja del gasto público de personal, también a todos los niveles, la racionalización de gasto público, la meritocracia al fin y al cabo. Permitirá eliminar de una vez por todas la convicción de que cuanto más se gaste mejor, atendiendo a resultados y, entre otras cosas, permitirá, a la larga, que todos pensemos que los políticos son personas. 
Comienza el curso político y por si acaso, ya tengo mi silla preparada para nuestro particular Ballroom Blitz.

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