Intervención realizada el 17 de mayo de 2013 con motivo de la participación en el I CICLO DE REGENERACIÓN POLÍTICA DE LA REGIÓN DE MURCIA
LA REFORMULACIÓN DEL SECTOR FINANCIERO
Rubén Martínez Alpañez.
Cuando fui invitado para formar parte de esta mesa redonda, se me pidió centrar la intervención en el sector financiero.
En este sentido, los acontecimientos actuales de rescate del sector bancario, de restricción del crédito al sector privado, el FROB, la SAREB, etc me llevaron a pensar que mi intervención debería centrarse en realizar un análisis crítico acerca de los acontecimientos anteriormente mencionados y, como suele ser costumbre mía, mala pero mía, dar mi opinión acerca de tales acontecimientos.
Días más tarde recibí confirmación, acompañada del cartel de las jornadas en las que pude comprobar que mi nombre aparecía en la mesa redonda acompañado de tan prestigioso personaje como es D. José Molina, que ya tenía varias carreras cuando yo nací, y con gran satisfacción vi el titulo que dieron a mi intervención, que como han podido comprobar es “LA REFORMULACIÓN DEL SECTOR FINANCIERO”.
En este sentido para una persona como yo, aficionado a la investigación, filosófica concretamente, que huye de los discursos e investigaciones egocéntricas y que tiene como máximo deseo intelectual, actualmente, reelaborar y determinar el actual mapa geopolítico mundial, que no está hecho, teniendo en cuenta los desplazamientos ideológicos que se han producido y se siguen produciendo, y actuales configuraciones de los distintos estados (el capitalismocomunista chino, el mundo árabe, la difunta Europa, los ahora llamados emergentes y otrora países en vías de desarrollo o la evolución del capitalismo) constituye una gran satisfacción encontrarse con la palabra reformulación en vez de con la palabra reforma.
Este hecho me va a permitir intentar, al margen de la valoración concreta que a buen seguro esperan Vds. que haga, y que haré, de la práctica gubernamental en relación a las ayudas estatales a la banca y modificación del sistema financiero español, establecer, por mi cuenta y riesgo, el modelo que considero adecuado para que, entre otras cosas, sea el sentido común y el dictado del mercado, los que permitan el desarrollo y sostenimiento de un sector básico en nuestro actual sistema.
Y claro, en ese sentido, el foro en cuestión, dado que estamos en la Región de Murcia, obliga a acometer un análisis regional de las causas, acontecimientos y perspectivas de la actual situación del sector financiero regional, poniendo sobre la mesa sus luces y sus sombras, ya digo, con la intención de establecer el adecuado modelo bancario, o financiero, que maximice las potencialidades de crecimiento, y de bienestar de los murcianos.
Pero claro, no podemos obviar que las entidades financieras regionales, como debe ser, se ven sometidas a la legislación española, están insertas en un sistema financiero nacional que tal vez, y digo de momento tal vez, para más adelante afirmar rotundamente, determinar que efectivamente, no constituye el optimo sistema financiero para acometer su papel en la sociedad y en el mercado constatando el hecho de que se esté perdiendo una oportunidad única para poner cada cosa en su sitio, tal y como manda el sentido común.
Y como no, abogando por esa afición que tengo por la investigación no me conformo con quedarme ahí y necesariamente, me tengo que plantear, si el sistema financiero español no está siendo, a su vez, víctima de un modelo superior mal diseñado que haya obligado a tomar decisiones y poner en marcha mecanismos ineficientes e inútiles por el mero hecho de verse encorsetados por un sistema igualmente ineficiente.
Y es que claro, pensando en los acontecimientos, lo que hace apenas unos años era algo ajeno a nuestra vida ordinaria, hoy por hoy es usual verlo y escucharlo en cada diario, en cada noticiero, de cada día, de cada rincón de nuestro país. Me refiero a términos tales como prima de riesgo, banco central europeo, rating o Lehmans Brothers, entre otros.
Es pues que, ante la tesitura de reformulación del sector financiero, deba ser planteado en un primer escenario, desde la perspectiva de análisis de las condiciones de posibilidad, tales que, tanto las instituciones como los procedimientos puedan acometer con satisfactorios resultados el necesario cambio que se ha puesto de manifiesto durante estos años de crisis económica, teniendo en cuenta, especialmente, que a poco que uno eche la vista a atrás, podrá comprobar, no sin cierta tristeza, que se vienen cometiendo de manera cíclica los mismos errores que provocaron otras crisis de similar calado a la que estamos sufriendo. Insisto Los mismos errores.
Decía el profesor Fuentes Quintana que los problemas económicos han de resolverse aportando soluciones políticas, y que mejor solución política que revisar por un lado, si las reglas de juego establecidas son las adecuadas y por otro lado, si bajo el sometimiento a esas supuestamente adecuadas y no mejorables reglas de juego, se está actuando adecuadamente.
Se debe prestar especial atención a lo que hace un momento acabo de afirmar, se han cometido exactamente los mismos errores cometidos años atrás que provocaron crisis de similares consecuencias que la crisis actual.
Los gobiernos juegan con el dinero y por extensión con la economía y con los ciudadanos por mero interés personal o electoral. Han diseñado un sistema que solo les conviene a ellos, y han aprovechado la imposibilidad de predecir con exactitud el devenir de la economía para posicionarse interesadamente en el lugar reservado a la mano invisible, al mercado.
El mercado no es la causa sino la solución. El gobierno o mejor dicho la práctica de los gobiernos no es la solución sino la causa de la crisis.
Me estoy refiriendo aquí al sistema monetario vigente, a la política monetaria que practican las instituciones y, como, a partir del denominado sistema monetario fiduciario, a través de la reserva bancaria fraccionaria se provocan cíclica e inexorablemente crisis económicas unas con más intensidad que otras dependiendo, efectivamente, de la intensidad de aplicación de tales políticas monetarias, es decir, de la intensidad con que trabaja la máquina de hacer billetes. La política monetaria no puede ser un instrumento político.
Permítanme la generalidad en la explicación pese al riesgo de ser simplista y poco riguroso. Si lo hago es en pro de un correcto entendimiento por parte de los no especialistas.
El dinero empezó siendo algo así como un trozo de metal precioso suficiente y generalmente valorado, de ahí, se paso, debido a que se desgastaba con el uso y perdía valor, a elaborarlo con metales más baratos y duraderos al desgaste con la promesa de que existía en las arcas del tenedor, el metal precioso equivalente que otorgaba valor a ese, ahora sin valor, trozo de metal…Paso a paso, nos encontramos hoy en día, desde 1973 más o menos, año en el que algunos de los aquí presentes ya habían nacido, con la implantación del sistema fiduciario, que se basa en la fe o confianza de la comunidad, es decir, que no se respalda por metales preciosos ni nada que no sea una mera promesa de pago, por parte de la entidad emisora. Por lo que tiene que existir una entidad emisora.
¿Y esto porqué? Pues porque en su día, las entidades financieras, en la búsqueda de maximización de beneficios, como hoy, se les ocurrió prestar más de lo que tenían naciendo así el concepto de reserva fraccionaria. Mientras que todo hijo de vecino si quiere adquirir algún tipo de bien o servicio ha de tener previamente el dinero necesario para adquirirlo, o cuanto menos la promesa de disponer del mismo, las entidades financieras pueden prestar más dinero del que tienen siempre que cumplan la reserva fraccionaria mínima a través del llamado coeficiente de caja.
Es decir las entidades financieras podrán prestar hasta una cantidad de dinero siempre que mantengan en caja un porcentaje determinado de dinero procedente de los ahorradores. ¿Y cuál es ese coeficiente de caja?
El coeficiente de caja es, según el BCE
· Depósitos a la vista, a plazo inferior o igual a dos años o disponibles con preaviso inferior o igual a dos años. Valores de renta fija con vencimiento inferior o igual a dos años. Instrumentos del mercado monetario: Coeficiente desde 2012, 1%. (en España 2%)
· Depósitos a plazo superior a dos años, disponibles con preaviso superior a dos años o cesiones temporales. Valores de renta fija con vencimiento superior a dos años: Coeficiente de caja del 0%.
· Pasivos frente a otras entidades sujetas al sistema de reservas mínimas del Eurosistema o frente al BCE y a los bancos centrales nacionales: Excluidos de la base de reservas
Es decir, que si Vds. se dirigen a una entidad financiera y hacen un depósito de 100 mil euros las entidades financieras podrán dar 99 mil en préstamos guardando tan solo mil euros.
Así es como artificialmente se multiplica el dinero. El mecanismo concreto es el siguiente:
Suponiendo que a cada europeo le gusta tener en su bolsillo el 10% de su dinero o del total del dinero puesto en circulación se da lo siguiente:
Supongamos que recibimos 100.000 € de nuestro tío de Argentina
e
|
10%
| ||||
c
|
2%
| ||||
Dinero
|
100.000,00 €
| ||||
EMP
|
D
|
ACSB
|
C
| ||
1
|
10.000,00 €
|
90.000,00 €
|
1.800,00 €
|
88.200,00 €
| |
2
|
8.820,00 €
|
79.380,00 €
|
1.587,60 €
|
77.792,40 €
| |
3
|
sucesivamente…….
| ||||
DINERO
|
916.666,67 €
|
Y claro, visto que el incremento de la masa monetaria en 100 mil euros genera la cantidad de de 917mil euros en el mercado. ¿Qué pasaría si todos los depositantes acudieran a sus entidades financieras a solicitar su dinero? Pues que las entidades financieras no tendrían absolutamente nada que devolver. De ahí que ante ese riesgo deba existir un prestamista último que financie a las entidades financieras. He ahí porqué existen los bancos centrales y cuáles son sus objetivos.
El dinero debe corresponder en todo momento a la riqueza real, al valor de los bienes de que disponen los agentes. No se puede manipular la cantidad de dinero así como así, bien a través de la cantidad de dinero inyectada a la economía, bien con modificaciones de coeficientes de caja o bien con la modificación de tipos de interés, amparados por justificaciones de política monetaria recalentando la economía. Eso genera burbujas y las burbujas generan efectos devastadores. He aquí la causa de las crisis.
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