LAS MENTIRAS TIENEN LAS PATAS CORTAS (Murciaeconomía.com XVIII / ABRIL / 2015)
“Miente que
algo quedará y cuanta más grande sea la mentira más gente lo creerá” Frase
célebre sin lugar a dudas pronunciada por Joseph Goebbels, amigo íntimo de
Hitler y Ministros de Propaganda de la socialdemocracia.
Sorpréndeme
que aún haya políticos (y aspirantes) que mientan más que hablan. Y puedo
afirmar que mienten, teniendo que cuando guardas información, cuando dices
verdades a medias, también estás mintiendo, tal vez, de peor manera si cabe.
Vienen
tiempos de mentiras, porque vienen elecciones y estos nuevos (viejos) políticos
aún creen que con simplonas mentiras y verdades a medias van a poder llevarse el gato al agua. Pase
que Podemos, en Murcia, se haya comprometido a volver a contratar a todos los
interinos que en su día lo fueron, pase que, los socialistas, vayan a poner en
marcha centros de oncología en cada esquina y hasta incluso pase que, por el
bien de todos nosotros y sólo pensando en nosotros, haya candidatos que hoy lo
sean de un partido y mañana de otro, o de varios. Pero lo que no debemos
consentir es que nos vendan motos de una manera tan descarada y, encima,
tengamos que darles las gracias por ello.
Ciudadanos
es un partido socialdemócrata, o como diríamos los murcianos corrientes,
Ciudadanos es un partido de izquierdas. Y como todos los partidos políticos de
izquierdas cuenta con una serie de características que permite identificarlos rápidamente,
entre la que se puede destacar aquella de que, necesariamente, ser de izquierdas
implica subir impuestos.
Han
anunciado la reforma del IRPF, yo no estuve presente, pero por lo que he podido
leer en prensa, la venden como si fuera la panacea, nuestra salvación y también
la solución para el saneamiento de las cuentas públicas, siempre teniendo como
referente las clases medias. Efectivamente, la reforma anunciada tiene en el
punto de mira a las clases medias, pero, dado lo que he podido analizar en base
a lo anunciado, para asfixiarla más si cabe, según mi opinión.
Resulta que
si eres un españolito normal, soltero, hijos o mayores a tu cargo y sin
hipoteca, si ganas en torno a 20 mil euros al año, vas a tener que pagar a Hacienda
unos 200 euros más de lo que actualmente vienes pagando. Eso es pensar en las
clases medias. En cambio, si lo que ganas al año son dos millones de euros lo
que vas a tener que pagar a Hacienda van a ser unos 60 mil euros menos. Eso es
pensar en las clases medias.
Pero lo que
más me llama la atención de la reforma no es lo que se ha dicho, que está más
que claro, sino que me gustaría centrar la atención en lo que no se ha dicho.
¿Acaso la mayoría no tenemos hipoteca? ¿Acaso la mayoría no tiene hijos? Pues
resulta que de ese tipo de contribuyente no he leído nada. ¿Por qué no hemos
podido leer nada en relación a las familias? La respuesta es bien sencilla, no
piensan en las familias, ni en los que tenemos hipoteca o hijos.
Van a quitar
las deducciones actuales del IRPF y constituye un grave error eliminarlas. La
mayoría de españoles tenemos hipoteca, y la mayoría de españoles, a duras
penas, vamos pagando nuestra hipoteca. No viene nada mal que se reconozca ese
esfuerzo en la declaración de la renta con la deducción por inversión en vivienda
habitual. Como tampoco viene nada mal que, ante el futuro tan incierto que se
nos presenta, el que quiera y pueda, mantenga un plan de pensiones para hacerse
la jubilación un poquito más fácil.
Existen una
serie de deducciones en IRPF que, a mi juicio, además de que nos interesan
económicamente hablando, tienen un sentido primordial en nuestra sociedad.
Promocionar la inversión en una vivienda digna por parte de la familia,
promocionar la familia a través de la aplicación de deducciones por hijo, etc.
constituyen mecanismos de promoción y respeto a nuestra forma de ver la vida, respeto
a la tradición, a lo que nos han enseñado nuestros padres, y en definitiva de
respeto a los valores transmitidos de generación en generación.
Aparecen
nuevos partidos, nuevos partidos cuya característica común es que son de
izquierdas y, además, ponen en práctica políticas desfasadas que fracasaron.
Esa no es la nueva política que queremos. No queremos más política de la
mentira, sino todo lo contrario, queremos sentido común, las cosas claras, y
que el dinero esté en los bolsillos de la gente, que es donde tiene que estar. Esa
sí es la nueva política que queremos: gente normal, que sepa lo que hace y que
no nos mienta. Entre tanto llega, haremos caso a Machado, y nos quedaremos irremediablemente
esperando a que llegue la otra media verdad o doble mentira, como se quiera
llamar.
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