AHORA SI (La Opinión de Murcia, XIII JUNIO 2014)
Y lo podemos decir a voz en grito: Ahora sí.
Ahora sí. Las cifras de desempleo están mejorando y durante
varios meses consecutivos. Semejante gracia nos hace que cada mes de cada año,
cuando se ofrece un dato relativo al desempleo los partidos políticos opinen lo
mismo, con el único matiz de que, dependiendo de quién sea el responsable, los
datos serán buenos o serán malos. Pero esta vez no, esta vez, tanto las cifras
de población activa, como de personas desempleadas, como en términos relativos,
interanuales o mensuales han mejorado, de ahí que esta vez, la crítica no haya
podido ser sustancial.
Y solo ha hecho falta una reforma laboral por el contrario
de lo que venimos defendiendo algunos, que pasa por la idoneidad de poner en
marcha más pronto que tarde una segunda reforma laboral que permita, por un
lado, dinamizar el mercado de la oferta de mano de obra y cualificarla
adecuadamente en virtud del horizonte de crecimiento que queremos ofrecernos a
nosotros mismos además de por el tan necesario abaratamiento de los costes
laborales con la toma de decisiones valientes e innovadores que fomenten la
contratación de tantos parados con que contamos en nuestro país. Las cifras de
desempleo están mejorando, y no ha hecho falta volver a reducir los tipos de
contratos con que contamos en nuestro ordenamiento laboral.
Ahora sí. Ahora sí que la prima de riesgo se ha convertido
en primita. ¡más baja que EEUU! Quien nos lo iba a decir. España puede pedir
prestado financiándose a precios irrisorios en comparación a los que pagábamos
hace apenas unos años. Y no ha sido necesario rediseñar el sector público, ni
eliminar diputaciones ni fusionar ayuntamientos. Y no ha hecho falta, como
algunos veníamos defendiendo, reconsiderar el Estado del Bienestar, que en
apenas unos años ha hecho que absolutamente todo y todos dependamos en mayor o
menor medida, en nuestra ordinaria cotidianeidad, de que la Administración
pública disponga de fondos para alterar el funcionamiento ordinario del mercado.
No ha hecho falta allanar el terreno para que el que sabe hacer dinero lo haga
sin muchas trabas, no ha hecho falta reconsiderar la prestación de servicios
sociales, no por cuanto al fin, si por cuanto al modo. No ha hecho falta
innovar en metodología.
Ahora sí. Los ingresos de la Administración pública se ven
incrementados en términos interanuales en cifras que superan los dos dígitos. Y
no ha sido necesario cambiar la perspectiva, como algunos veníamos defendiendo,
de que los ciudadanos no vivimos para la administración y para que esta pueda
sostenerse, sino al contrario, es la administración pública la que ha de
trabajar para nosotros, para garantizarnos un marco de estabilidad y
crecimiento, cuanto menos, con pequeños impulsos de política fiscal que incrementen
el grado de apalancamiento de los efectos
que la generación de riqueza individual suponen sobre la riqueza
agregada.
Ahora sí. El Banco Central Europeo ha tomado cartas en el
asunto. Ha rebajado los tipos de interés con la finalidad de incrementar la
tasa de inflación. Al bajar los tipos de interés e imponer penalizaciones a los
bancos comerciales que no presten dinero al sector privado, quedando excluida
de esta medida la concesión de hipotecas, pretenden favorecer el consumo, y con
ello mejorar las cifras de ventas de comercios y empresas y estas acometerán
nuevas inversiones y contratarán a más personal. Y no ha sido necesario, como
algunos veníamos defendiendo, reconsiderar el papel de la autoridad monetaria,
estableciendo su objetivo en el control de inflación, con medidas tan
estándares como ineficientes como poner a las máquinas de hacer billetes a
trabajar a mayor ritmo, con el riesgo de que, al estar el dinero tan barato, la
gente compre cosas que no necesita, las empresas crean que están haciendo
buenas inversiones y en unos pocos de años otra vez al pozo.
Ahora sí que recuerdo a Machado cuando afirmó que en España,
de cada diez cabezas, nueve embisten y una piensa.
Ahora sí. Ahora sí que podemos decir que no hemos aprendido
nada de la crisis.
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