Como Vds. bien saben, nunca llueve a gusto de todos. Estaremos totalmente de acuerdo en que, si en la Región de Murcia lloviera durante cinco días seguidos de forma ininterrumpida, la satisfacción de los agricultores no iba a ser la misma que la de un estucador de fachadas que necesita que esté bien seca la pared sobre la que trabaja. Por la posibilidad que me otorga la relativa lectura sobre un objetivo acontecimiento, basada en intereses personales, y porque soy liberal, no puedo dejar de mirar, ante determinados acontecimientos, al próximo año 2015.
En un ejercicio de optimismo, obligado ante los datos que nos ofrece la economía en estos primeros días de 2014, se deben someter a reflexión una serie de acontecimientos sobre los que considero no estamos haciendo entre todos una completa valoración.
Tras un proceso de recortes y más recortes que han llevado a la reducción del sector público en términos cuantitativos, a fecha de hoy, el debate no ha de orientarse hacia la idoneidad o no de un mayor recorte presupuestario, lo que necesita la administración pública hoy por hoy, a cualquier nivel, ya sea estatal, autonómica o local es eficiencia en la gestión, es decir, hacer las cosas bien y, además, hacerlas de la mejor manera posible, que debe ser, inexorablemente, gastando lo menos posible, por su propia definición y naturaleza.
El tribunal de Estrasburgo ha tumbado la doctrina Parot. Como no hay mal que por bien no venga y como nunca llueve a gusto de todos, se pueden obtener óptimas conclusiones ante el desarrollo de acontecimientos relacionados con este hecho. No recuerdo en mi corta existencia tanta celeridad, premura y eficiencia para cumplir algo, en este caso una sentencia, como en el caso de poner en la calle a los asesinos terroristas vascos, a violadores, y otra gente de mal vivir.
Por un lado, estoy tentado a pensar que todo esto es un ejercicio de amaño, diseñado pormenorizadamente, a través de cual, se aceptan las demandas de los asesinos de forma indirecta, con la excusa de Estrasburgo como medio previamente negociado y, a cambio, en unos meses, nos echamos una foto con montañas de ametralladoras y explosivos bajo el titular de “ETA se disuelve y entrega las armas”. Pero esto, al margen de fantásticas elucubraciones, no debe ser más que una fantástica ilusión que tan sólo puede llegar a servir para una maquiavélica argumentación novelesca de esas que dentro de cien años escribirá en términos históricos el Pérez-Reverte de turno.
Por otro lado, también estoy tentado, dada la eficiencia demostrada para cumplir lo que ordenan y sentencian los de Estrasburgo, a solicitar la puesta en marcha de un mecanismo regular y ordinario, a través del cual cada vez más cosas sean solucionadas con sentencias de esa gente que tanta influencia tienen en nuestro día a día estando tan lejos.
Por ejemplo, la independencia de Cataluña. No estaría mal que, de una vez por todas y, a través de una sentencia de Estrasburgo, con la finalidad de eliminar la pobreza y miseria existente y la crisis y todos los problemas del mundo mundial, concedieran, de una vez por todas, la independencia a Cataluña. Y no estaría mal que en esa sentencia, como suele ser costumbre en las sentencias, se fallara estableciendo la obligatoriedad previa por parte de todos y cada uno de los ciudadanos catalanes de abonar al resto de españoles, al contado como se lleva ahora que nadie fía a nadie, el valor de las inversiones realizadas por el estado español en Cataluña. Algo así como, tenéis independencia pero previamente deben abonar lo que valen las carreteras del Estado, los edificios del Estado, la estación del AVE, etc. Que la pela es la pela hasta para los murcianos.
Otro ejemplo puede ser la tarifa de la luz. No estaría nada mal que, de una vez por todas y, a través de una sentencia de Estrasburgo pusieran orden en el sector de los “fichaexpresidentes” con la finalidad solucionar la problemática actual que está haciendo que seamos los hogares a través del recibo de la luz y los inversores en energía solar. Y no estaría mal que en esa sentencia, como suele ser costumbre en las sentencias, se fallara estableciendo la obligatoriedad de desregular tan opaco y regulado sector, haciéndolo transparente y claro de entender por todos los consumidores, procurando que el menor coste de obtención de energía sea un objetivo que, a su vez, se traduzca en un menor importe de recibo para los consumidores. Que hoy en día no es así.
Y por último y esto ya no es un ejemplo sino una directa solicitud por mi parte, lo que espero, deseo y solicito es que, independientemente de las sentencias que Estrasburgo tenga a bien fallar y de la celeridad con que se acometa la ejecución de los fallos de aquellos señores del norte, bajo ningún concepto permitan, que ningún personaje de esos que deberían estar en la cárcel por asesinos y que ahora está en la calle, pueda vivir de la administración pública, ocupando puestos políticos en ayuntamientos, diputaciones e incluso fundaciones, entes públicos o sindicatos y/o cualquier organización que reciba siquiera un euro de la administración pública, porque si bien estos elementos no pueden, gracias a Estrasburgo, permanecer en la cárcel, bien es cierto que, sus penas fueron las que fueron y los muertos siguen muertos y las niñas violadas y asesinadas siguen violadas y asesinadas.
Y como hay elecciones municipales y autonómicas en 2015, tanto unos como otros, gobierno y oposición, tienen un año por delante para llevar a cabo cuantas modificaciones legislativas tengan que promover para que los españolitos de a pie, no tengamos que tragarnos, además de verlos sueltos en la calle, el pagarles con nuestros impuestos un sueldo a semejantes elementos.
Porque como dijo Tito Livio, “ningún favor produce una gratitud menos permanente que el don de la libertad, especialmente entre aquellos pueblos que están dispuestos a hacer mal uso de ella”.
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